viernes, 9 de febrero de 2024

 


 
El Síndrome del Atracón

 

El síndrome del atracón, consiste en un impulso irrefrenable de comer, ingiriendo una gran cantidad de comida en poco tiempo, generalmente luego de dos horas. Tras ello, la persona afectada siente culpa y desánimo, aunque, a diferencia de la bulímica, no realiza estrategias compensatorias inadecuadas, como la incitación al vómito, los laxantes, o el ejercicio exagerado. Otra diferencia con la bulimia es que ésta suele presentarse en mujeres, mientras el atracón puede presentarse tanto en hombres como en mujeres.

Contra lo que algunos pudieran pensar, el atracón no es algo así como la explosión repentina del hambre acumulada, sino que está provocado por la ansiedad. Es, por tanto, un problema psicológico y como tal debe tratarse.

Podríamos definir el atracón como la ingesta incontrolada de grandes cantidades de alimento en poco tiempo y sin tener hambre, sino estimulado por una necesidad en apariencia incontrolable. Se presenta en el 2 ó 3% de la población, con lo que es un trastorno alimentario más extendido que la anorexia o la bulimia. Aunque, por fortuna, es menos grave que éstas, no por ello puede desatenderse.

El atracón provoca desazón y excesiva saciedad en el estómago, así como tristeza y malestar por no haberlo podido controlar. Si ocurre muy de vez en cuando no tiene gran relevancia, pero si se da con cierta frecuencia hay que tomarlo en serio y tratarlo.

Se diferencia de la bulimia en que, tras el atracón, no se producen conductas purgativas típicas de esta enfermedad como la inducción del vómito, el abuso de laxantes o el ayuno o ejercicio físico excesivos.

DIAGNOSTICO

El paciente, para ser diagnosticado de este trastorno, debe manifestar al menos dos de los cinco síntomas siguientes:

- comer mucho más rápido de lo normal.

- hacerlo hasta sentirse desagradablemente saciado.

- ingerir grandes cantidades de comida pese a no tener hambre.

- hacerlo a solas.

- sentir culpabilidad y malestar al recordarlo.

Por lo que respecta a la obesidad, aunque no todos los que sufren este trastorno son obesos, el atracón puede ser a la vez causa y efecto del sobrepeso. En efecto, si una persona intenta adelgazar, pero lo hace de una manera incorrecta, recurriendo a "dietas milagro", con grandes oscilaciones en su peso y con ideas erróneas acerca de la alimentación, los repetidos fracasos pueden crear una ansiedad que se libera mediante el atracón.

Y este atracón, a su vez, puede producir obesidad, pues se ingieren en ocasiones tantas calorías en un atracón como las que se necesitan en todo el día. La persona afectada puede entrar así en un círculo vicioso de difícil solución sin ayuda de un profesional. Aunque, por supuesto, no siempre la ansiedad está producida por los repetidos fracasos en el control del peso.

Es el profesional de la salud el que deberá averiguar el origen de esa ansiedad y decidir la forma de tratarla. Si está ocasionada por problemas de alimentación, el concurso del dietista es fundamental, pues deberá enseñar a comer al paciente mediante una reeducación alimentaria: qué tipos de alimentos hay, qué necesidad tenemos de cada uno para comer de una forma sana y equilibrada, establecer una dieta adecuada, etc. Una vez dominada la tendencia se llega a la fase de estabilización, en la que lo que prima es la vigilancia para no recaer. Hay que tener en cuenta que este síndrome podría extenderse al consumo inclusivo de alcohol o algunas drogas.

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